jueves, 9 de septiembre de 2010

El Mundo de los Valores, Ética Mínima y Educación, una Verdad Trascendental.

La Ética ni es , ni tiene por qué ser una alternativa a la religión; y no sólo la ética, sino tampoco la llamada moral cívica. En cuanto a la ética, la verdad es que las palabras "ética" y "moral", en sus respectivos orígenes griego (ethos) y latino (mos), significan practicamente lo mismo: caracter, constumbres. Por eso está sobradamente justificado que la gente normal y corriente las utilicemos como sinónimos. Ambas expresiones se refieren, a fin de cuentas, a un tipo de saber que nos orienta para forjarnos un buen caracter, que nos permita enfrentar la vida con altura humana.
Sólo que en el lenguaje filosófico distinguimos entre moral y ética porque necesitamos dos expresiones distintas para designar dos tipos de saber: uno que forma parte de la vida cotidiana (la moral) y otro que reflexiona sobre él filosóficamente (la ética o filosofía moral).
La ética es entonces filosofía moral, es decir, aquella parte de la filosofía que reflexiona sobre el hecho innegable de que exista una dimensión en los hombres llamada "moral".

Ahora bien, en la vida cotidiana encontramos distintas morales que van configurando el vivir de los hombres. Algunas son religiosas, es decir, apelan expresamente a Dios para dar sentido a sus propuestas, y podemos decir que han sido y son numerosas; otras, por el contrario, no hacen tal apelación expresa, y son, por tanto, morales seculares. Claro que existe un parentesco entre ellas, y muy estrecho, porque, si estar alto de la moral es estar en el quicio humano, tambien las religiones buscan llevar a las personas a su plenitud vital. Las religiones nacieron para responder al afán de salvación que las persona experimentamos; un afán de salvación que, al menos en las tres religiones monoteístas (judaísmo, cristianismo, Islam), se refieren sobre todo al anhelo de librarse del mal voluntario (el pecado), de la muerte y de algo que es casi peor que el pecado y la muerte: el sinsentido, la convicción de que el origen y la meta de cada persona y de la humanidad en conjunto es la pura casualidad.
La moral civil es un tipo de moral secular, porque no recurre a Dios para fundamentar sus valores, pero también conviene recordar que no es una moral "laicista" sino "laica" que no es lo mismo.
Una moral laicista, "propone extirpar la religion un paso indispensable para la realizacion de los hombres, porque la considera una de las fuentes de desmoralizacion", una moral laica, por contra, es aquella que "para orientar el hacer personal y colectivo no remite expresamente a Dios, pero tampoco expresamente lo ignora".
Al final, la moral civil no puede ser ni creyente ni laicista, porque en tal caso discriminarian a quienes no comparten o la fé religiosa o la increencia; por lo tanto, tiene que ser necesariamente laica, porque es la que la hace posible la convivencia en una sociedad pluralista, en la que los ciudadanos tienen creencias diversas.

Tomado de "El mundo de los valores, etica minima y educacion" Capitulo 5 "MORAL CIVICA COMO MORAL MINIMA" Editorial EL BUHO LTDA.
Autora: CORTINA, Adela